El Canal de Nicaragua es una vía fluvial en construcción que conectará el Océano Pacífico con el Mar del Caribe y el Atlántico, acortando la distancia que tienen que recorrer los buques que se desplacen desde Asia a la costa este de Estados Unidos, y viceversa. El coste aproximado será de unos 40.000 millones de dólares y sus dimensiones superan a las del nuevo Canal de Panamá.
Esta vía utilizará el curso natural del Rio San Juan y tendrá una longitud total de unos 278 kilómetros, superando en más de 3 veces la del Canal de Panamá. La profundidad del canal en algunos puntos llega a ser de 30 metros, aunque la profundidad media del recorrido es de 27,6 m. Tendrá una anchura de 230 metros. Contará con dos series de esclusas con tres cámaras cada una: Las Esclusas Brito y Las Esclusas Camilo.
Además de la vía y sus esclusas, también se están construyendo dos puertos, complejos turísticos, un aeropuerto, carreteras y puentes, y una zona libre de comercio. Todo esto contribuye a generar miles de puestos de trabajo.
La idea nació en el año 2004 y la propuesta consistía en ofertar un canal con una profundidad mayor que la del Canal de Panamá, ofreciendo una posibilidad superior de transito a los buques de mayor tamaño, sin embargo, su costo y la oposición de ciertos grupos protectores del medio ambiente impidieron que la idea siguiera adelante.
Finalmente, la concesión del nuevo proyecto del canal fue aprobada en el año 2013 y la construcción se inició un año después. La empresa encargada de la realización y explotación del proyecto ha buscado asesoramiento en temas medioambientales y sociales para asegurarse de que la construcción tenga el mínimo impacto en estos ámbitos.
El canal nicaragüense ayudará indudablemente al desarrollo económico del país y será una aportación importante al comercio internacional.