Alejandro López Vidal es Director Técnico de ANDECE y dirige el Máster de Construcción Industrializada en Hormigón de STRUCTURALIA.
Con este artículo completamos la serie de cuatro en la que hemos tratado de describir la clara apuesta abierta por industrializar la construcción [1], habiéndolo abordado anteriormente desde el prisma económico [2] y social [3].
Cuando se alude a la sostenibilidad en la construcción, muchas veces se centra la atención únicamente en la vertiente medioambiental, olvidando la importancia que también debe concederse a las otras dos dimensiones anteriores, económica y social, de forma que se diseñen y ejecuten de forma equilibrada sistemas constructivos con el necesario grado de sostenibilidad que se pretenda.
Con este último artículo queremos reforzar que la prefabricación de hormigón, como tecnología que maximiza la industrialización de la construcción, ofrece la base ideal para desarrollar construcciones sostenibles.
El hecho de la prefabricación en sí es ya una apuesta por la sostenibilidad, especialmente si lo particularizamos en los beneficios medioambientales que aporta frente a otras técnicas o materiales alternativos.
Si consideramos que se trata de fabricar elementos para ensamblar en el montaje de un edificio o una infraestructura, las importantes ventajas que conllevan respecto a la ejecución “in situ” son enormes:
Y en cuanto al hormigón y las materias primas que lo conforman (cementos, áridos, agua, aditivos, etc.) debería eliminarse cierto estigma negativo que se le presupone frente a otros materiales supuestamente más respetuosos con el medio ambiente.
Aunque los materiales con los que se conforma no se pueden catalogar como renovables, debe precisarse que son abundantes en casi cualquier parte del planeta (los ocho principales componentes de la corteza terrestre suman un 98%, y todos ellos son necesarios para la fabricación del cemento, componente principal del hormigón).
Su accesibilidad hace también que las distancias de transporte sean generalmente pequeñas, lo que reduce aún más las importantes cargas ambientales que puede llegar a suponer esta etapa.
Imagen 1.- Vertido de hormigón en molde para la fabricación de paneles prefabricados de hormigón
En este contexto de creciente demanda por soluciones sostenibles, ANDECE como asociación que representa a la industria española de los prefabricados de hormigón desde hace más de medio siglo, puso en marcha uno de los proyectos más ambiciosos realizados hasta la fecha: el desarrollo de seis declaraciones ambientales de productos (DAP) sectoriales, cada una referida a algunas de las principales categorías de productos (estructuras, forjados, fachadas, canalizaciones, elementos ligeros huecos y pavimentos) y que en conjunto suponen en torno a un 85-90% de la amplísima variedad de productos de construcción prefabricables en hormigón [4].
Con esta iniciativa se perseguía un triple objetivo:
1) Obtener una imagen actual del comportamiento ambiental de los procesos productivos de las empresas asociadas, resultando una información que reflejar en una primera colección de DAP´s sectoriales que los fabricantes puedan emplear y atender ante la creciente demanda de estos documentos;
2) Introducir a las empresas en un nuevo escenario donde las exigencias en materia medioambiental irán incrementándose paulatinamente;
3) Y especialmente, que sirva de punto de arranque para que las empresas decidan de forma individual la realización de medidas de mejora, como por ejemplo, optimización de recursos, eficiencia energética, instalaciones más eficientes, etc. con que ir avanzando en el comportamiento global de las empresas en particular, y la industria del prefabricado en su conjunto.
Imagen 2.- Los puentes construidos con un mayor número de elementos prefabricados de hormigón, son uno de los sistemas que mejor aúnan las ventajas sostenibles de industrializar los procesos constructivos: social (ejecución más rápida, luego menores molestias), económica (soluciones rentables y con menor mantenimiento a futuro) y medioambiental (durabilidad)
Con estos cuatro artículos que componen la serie, hemos querido por un lado demostrar que la progresiva industrialización de la construcción es una realidad palpable, ya que definitivamente los distintos agentes (promotores, constructores, prescriptores e, incluso, usuarios finales) se han percatado de las enormes ventajas que supone el trasladar a la fábrica el mayor número de procesos de ejecución que hasta ahora normalmente se realizaban en la obra.
Y, por otro lado, que industrialización y sostenibilidad, en sus tres ejes (económico, social y medioambiental), representan las dos caras de la misma moneda, siendo el prefabricado de hormigón seguramente el mejor soporte para que mediante la industrialización de los procesos se alcancen edificios e infraestructuras durables, eficientes en consumo de recursos y potencialmente reciclables/reutilizables al final de su vida útil.
El próximo 16 de julio se inicia una nueva edición del Máster de Construcción Industrializada de Hormigón, que bajo metodología online organizan conjuntamente ANDECE y STRUCTURALIA. Cuatro cursos (Conceptos, Diseño, Procesos y Ciclo de Vida) para 600 horas de formación online con que capacitar a los futuros profesionales que demandará la industria del prefabricado de hormigón durante los próximos años. +info en la web: www.capacitacionprefabricados.com |
Referencias:
[1] https://blog.structuralia.com/la-construccion-industrializada-que-ha-llegado-para-quedarse
[4] Curso IV: Ciclo de vida. Máster de Construcción Industrializada en Hormigón de STRUCTURALIA http://capacitacionprefabricados.com/
[5] Declaraciones ambientales de ANDECE http://www.andece.org/declaraciones-ambientales-andece/