El Acueducto de Segovia es, sin duda, la obra de ingeniería civil romana más importante de España. Fue construido probablemente en el siglo I d.C., en la época de los Flavios o en la época de Nerva o Trajano y que ha llegado en magníficas condiciones de conservación, es un ejemplo para los ingenieros civiles del Siglo XXI.
El Acueducto de Segovia está formado por 20.400 bloques de piedra que no están unidos por ninguna masa ni cemento, manteniéndose en perfecto equilibrio. El acueducto es más ancho en su base, y va disminuyendo al aumentar su altura.
Para poder abastecer de agua a la ciudad de Segovia, los romanos tuvieron que usar resistentes cimbras y andamios con el fin de darle forma a los arcos. Los sillares situados a una altura considerable eran elevados con grandes ruedas de elevación.
La longitud total del acueducto es de unos 15 kilómetros, aproximadamente, en esta podemos encontrar tres tramos, la zona extraurbana, la periurbana y una última parte urbana. La pendiente del acueducto varía entre el 0,3 y el 5,53%.
El acueducto tiene un total de 120 pilares y 167 arcos de piedra granítica, alcanzando una altura máxima de 28 metros, aproximadamente. El caudal máximo de éste era de 20 litros por segundo.
El acueducto de Segovia fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 1985.