La motivación laboral de los empleados influye positivamente en el clima laboral y en los resultados de la empresa. La entidad puede ocuparse de alimentar la motivación externa del equipo. Existen distintas técnicas que propician este objetivo.
La campaña El balance más positivo, de Cruz Roja, pone de manifiesto que las medidas de conciliación impulsan en un 37 % la retención del talento. Y cuando eso ocurre, el índice de rotación baja, puesto que los empleados observan ese entorno como un espacio en el que crecer a nivel profesional.
Existen propuestas que pueden llevarse a cabo para alcanzar este objetivo. Por ejemplo, aplicar la flexibilidad horaria para que los trabajadores ajusten su agenda a sus circunstancias.
La empresa puede impulsar el talento de los empleados a través del acceso a la formación. Estos cursos incrementan la motivación de quienes valoran de forma positiva esa oportunidad. Los trabajadores de hoy en día forman parte de un entorno dinámico en el que deben actualizar su currículum constantemente. Necesitan adquirir nuevas competencias, destrezas, nociones y habilidades para afrontar nuevos retos.
Para fomentar la motivación en el equipo, debemos poner el punto de atención en cuestiones esenciales como la comunicación. El empleado no solo se fija en las condiciones de un puesto de empleo. Un buen salario es relevante porque propicia el ahorro y la realización de un proyecto de vida.
Pero el empleado también puede recibir cada día en su puesto un reconocimiento que adquiere la forma de un salario emocional. Una felicitación por un logro o un mensaje de gratitud son dos ejemplos de caricias emocionales positivas. Estas palabras amables nutren y fortalecen la autoestima del trabajador haciéndole sentir como parte indispensable para la empresa y aumentando el nivel de pertenencia hacia la misma, donde ayuda a cumplir los objetivos de la organización por la importancia que representa para su desarrollo.
La ausencia de este tipo de acompañamiento, por el contrario, produce el efecto opuesto. En consecuencia, afecta al nivel de motivación personal de una forma negativa.
El trabajo por objetivos también motiva a los trabajadores. En ese caso, las metas deben quedar perfectamente claras y definidas. Un plan de incentivos ofrece al empleado una recompensa por haber logrado las expectativas previstas para recibir esa compensación económica. Y observa un beneficio alcanzable a corto plazo.
De este modo, el sujeto visualiza aquello que ocurrirá en caso de lograr los resultados previstos. Pone en valor el esfuerzo realizado al percibir una relación de causa y efecto entre esta implicación y la posibilidad de alcanzar esa meta.
La motivación es determinante desde el primer día de incorporación a un nuevo puesto de empleo. En ese momento, es recomendable que el trabajador perciba una imagen positiva de la entidad en esta etapa.
Es importante que una empresa cuente con un plan de acogida. Esta incorporación supone un cambio en la vida de quien debe adaptarse a una nueva realidad en su vida laboral. Pero, a su vez, la llegada de un nuevo compañero también influye en el equipo. Un plan de acogida ofrece el asesoramiento necesario a aquel que se encuentra en este periodo. El empleado percibe cercanía y recibe la información necesaria. Todo cambio tiene un nivel de dificultad para la persona. Y este plan de acompañamiento facilita esta incorporación a un nuevo puesto.
Estos son, por tanto, los factores a tener en cuenta:
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