Publicado originalmente el 25 de mayo de 2020, actualizado el 7 de junio de 2022
La planificación urbana sostenible es clave para el desarrollo de ciudades resilientes, capaces de adaptarse y de superar catástrofes, peligros y pandemias.
En la actualidad, la ciudadanía está cada vez más preocupada por el medio ambiente, la crisis energética, la contaminación… Por este motivo, se ha vuelto imprescindible desarrollar una planificación urbana que cumpla con los objetivos de desarrollo social, económico y sostenible. A continuación, te explicaremos en qué consiste el planteamiento urbanístico, cuál es su objetivo, así como sus beneficios y su relación directa con la sostenibilidad y la salud a lo largo de la historia.
En definitiva, este tipo de proyectos sirven para definir soluciones enfocadas a una mejor calidad de vida de los ciudadanos, la conservación del medio ambiente y una correcta administración de los recursos disponibles. Todo ello, debe estar estructurado en diferentes áreas, que también son conocidas como tipos de planificación urbana, entre los que se pueden encontrar:
Planificación urbana estratégica.
Planificación urbana maestra.
Planificación de la revitalización urbana.
Planificación urbana para el desarrollo económico.
Planificación urbana ambiental.
Planificación urbana sobre la utilización del terreno.
Planificación urbana enfocada a las infraestructuras, instalaciones y sistemas.
La planificación urbana conlleva tener en cuenta el impacto que tendrán las decisiones en el futuro de las ciudades y los pueblos, y el deseo de conducir los proyectos hacia un desarrollo sostenible, social y económico. Por esta razón, es importante conocer los objetivos del planteamiento urbanístico, entre los que podemos encontrar:
Lograr una mejora en la calidad de la vida de la población.
Llevar el sistema urbano hacia su máximo desarrollo.
Repartir de forma equitativa los recursos y las actividades.
Conseguir una combinación de los espacios y las funciones en las diferentes áreas.
Impedir que el sobredimensionamiento de la planificación urbana.
Proteger el patrimonio y el medio ambiente.
De esta manera, las etapas que deben realizarse durante el proceso de planificación urbana son los siguientes:
Evaluar la situación inicial.
Definir los objetivos de la planeación urbana.
Describir y realizar una simulación del proyecto.
Aportar y evaluar posibles alternativas y seleccionar las más apropiadas.
Poner en funcionamiento el plan urbanístico.
Si todavía no tienes clara la importancia de llevar a cabo una planificación urbana, a continuación, te explicamos algunos de los beneficios de este tipo de proyectos:
Aumenta la calidad de vida de los ciudadanos.
Efecto positivo en la salud y, por tanto, en la esperanza de vida.
La relación entre la ciudad y la epidemia (fase anterior a la pandemia) es muy estrecha, tal y como se ha demostrado a lo largo de la historia en numerosas ocasiones. De hecho, las anteriores pandemias provocaron importantes cambios sobre los modelos de planificación urbana en ámbitos como el transporte público o el saneamiento. Por tanto, los virus del siglo XXI no serán una excepción, máxime si, como afirmó el entonces alcalde de Denver, M. Wellington Webb, en 2009:
“El siglo XIX fue un siglo de Imperios, el siglo XX fue un siglo de Estados-Naciones. El siglo XXI, será un siglo de ciudades”.
Hoy en día el planeta es mayoritariamente urbano, puesto que está repleto de aglomeraciones humanas capaces de producir riqueza, diversidad cultural, dinamismo e innovación. Sin embargo, también suponen importantes impactos ambientales, desigualdades sociales, hacinamiento y vulnerabilidad.
De esta forma, puede decirse que las ciudades se han convertido en protagonistas de los retos de sostenibilidad a los que el mundo debe enfrentarse. La urbanización sin precedentes está transformando el planeta y muchas ciudades (resilientes y no) juegan un rol de primera magnitud en el orden mundial.
Si bien es cierto, la idea de resiliencia urbana se asocia habitualmente a catástrofes naturales, vinculándose de forma estrecha a los efectos del cambio climático. Pero, tras la crisis sanitaria de la COVID-19 también se vinculará a riesgos de origen biológico, extendiendo así los parámetros a contemplar dentro de los planeamientos urbanísticos.
Las consecuencias de cada crisis dependen, en gran medida, de la preparación de cada área urbana en cuanto a la planificación urbana para hacer frente a los problemas, es decir, cómo los perciben, los enfrentan y reaccionan ante ellos. En este sentido, tiene mucho que ver la previsión, el proyecto sostenible y el buen gobierno, tal como indica UN-Habitat:
“Los gobiernos deben formular e implementar políticas para garantizar que los beneficios del crecimiento urbano se compartan de manera equitativa y sostenible”.
Por regla general, las ciudades son vulnerables, pero la planificación urbana les permite convertirse en ciudades resilientes con la capacidad de tomar decisiones informadas y eficaces que optimizan las respuestas ante diversas amenazas. Hoy en día, existen numerosos estudios realizados por geógrafos, arquitectos, ingenieros, sociólogos y urbanistas. Todos coinciden en que las ciudades necesitan:
Alta dosis de planificación urbana
Análisis
Buen gobierno
Recursos financieros
En este sentido, la planificación urbana sostenible es capaz de analizar también los aspectos críticos, ayudando en la toma de decisiones preventivas y contribuyendo así a la resiliencia de las ciudades. La crisis provocada por la COVID-19 ha generado un debate, pero todos parecen estar de acuerdo en que se trata de una magnífica oportunidad para reflexionar. De esta manera, puede ser la ocasión perfecta para poner en marcha una planificación urbana sostenible que permita -como pide el ODS11- que las ciudades sean resilientes, inclusivas, seguras y sostenibles.
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