Consiste en una línea ferroviaria continua que permitirá el transporte de personas y mercancías entre Tallín (Estonia) y Varsovia (Polonia) pasando por las ciudades de Riga y Kauna, en Letonia y Lituania.
Los países bálticos operan con un ancho de 1520 mm, mientras que la mayor parte de países de Europa utilizan el ancho internacional, 1435 mm, lo que siempre ha condicionado a los países bálticos a la hora de conectarse a la red ferroviaria de Alemania o Polonia.
El Proyecto Rail Baltica es uno de los 30 Proyectos Prioritarios de la Red Transeuropea de Transportes, ya que mejorará notablemente la conexión de los países bálticos con Alemania y Europa Occidental, y además, potenciará el desarrollo de estos países y generará un aumento de empleo. También se comunicarán las ciudades de Tallín y Helsinki (Finlandia) siendo una de las partes del proyecto que más complejidad presenta ya que se encuentran separadas por el Golfo de Finlandia, a una distancia de 80 kilómetros. Se ha planteado su unión mediante un túnel bajo el mar.
La longitud total de la vía ferroviaria de Tallín a Varsovia será de unos 950 kilómetros y la velocidad máxima de circulación de 240 kilómetros por hora, permitiendo viajar de forma cómoda, segura, reduciendo notablemente el tiempo de viaje y, además, de una forma mucho más amigable con el medio ambiente. Se estima que transportará al menos 13 millones de toneladas de carga al año.
El proyecto consta de dos fases: La primera fase está ya en marcha y se prevé que estará terminada a finales de este año. Está comprendida entre la frontera de Polonia y Lituania e incluye una nueva estación intermodal en Kauna. La segunda fase, Rail Baltica 2, comenzaría a construirse en 2 o 3 años desde Letonia.
Se estima que la línea podría estar terminada en el año 2024, con un coste total de 3.680 millones de euros.