El uso de este puente supone una reducción de 8 kilómetros en la ruta habitual del transporte de contenedores, que va desde la Isla de En medio hasta el cruce con el puente “Dr. Ignacio Chávez” de la autopista anteriormente mencionada.
Pero lo que sin duda caracteriza a este puente son sus 60 m de vano central levadizo, mediante el que constituye el primer puente con sistema basculante del País.
La operación de levantamiento de esta parte del tablero, así como la de su descenso, se realiza en aproximadamente 3 minutos. Esta operación se realiza gracias a unos sistemas hidromecánicos instalados en las dos pilas centrales, los cuales están unidos al tablero y provocan que éste se deslice con el avance de los pistones, generando así la apertura del vano central de la estructura.
Para su dimensionamiento se tomó como referencia las dimensiones del buque escuela de la Armada Mexicana, el velero Cuauhtémoc, de forma que la solución finalmente adoptada permite el paso de buques de hasta 24 metros de manga.
Velero Cuauhtémoc, referencia para el diseño del Puente Albatros.
La inversión realizada en el Puente Albatros fue de unos 700 millones de pesos mexicanos (algo más de 31 millones de euros) generando más de 400 empleos directos y de 2.000 indirectos, con lo que se convierte en el más importante de México y de América Latina en su categoría.