El puente, constituido por sillares de piedra de color muy similar al paisaje que lo rodea, presenta un arco central de medio punto apoyado en otro más pequeño en su tramo inferior. En las zonas más altas se observan otros dos arcos, también de medio punto, en cuyos lomos se instauraron, años atrás, unos habitáculos utilizados a modo de prisión.
La estructura actual es el resultado de tres trágicos intentos. En el año 1735, durante el reinado de Felipe V, se construyó un puente cuyo arco central disponía de 35 metros de diámetro. Tras 5 años de su puesta en servicio, la deficiente ejecución de la estructura hizo que el puente se derrumbase, cobrándose la vida de 50 personas. Finalmente, se adoptó la solución definitiva, contando con cuatro arcos y una longitud total de 66 metros.
En la actualidad, el Ayuntamiento sopesa la posibilidad de cerrar el puente al tráfico, debido al hundimiento producido en el pavimento adoquinado por un problema de saneamiento.