Un recorrido por los aspectos ambientales, legislativos y profesionales en torno a la certificación CEE y el Real Decreto 235/2013.
Aunque las ciudades representan solo el 2% de la superficie de la tierra, la mayoría de la población reside en ellas, y por ende, es donde se producen el 70% de las emisiones dañinas para el ambiente. Aunque parezca un dato evidente, nos puede dar una idea de la magnitud de superficie edificada de la que nos rodeamos, y el impacto que tienen estos edificios sobre el medio ambiente.
Los inmuebles, independientemente del tipo del que sean, son los mayores consumidores de energía de la Unión Europea y del mundo, así como los mayores emisores de dióxido de carbono a la atmósfera. En su totalidad, los edificios son responsables del 40 % del consumo energético de la Unión Europea y del 36 % de emisiones de gases efecto invernadero, comprendiendo desde su construcción hasta su demolición.
Esto no hace más que reforzar la importancia de la eficiencia energética en cada una de las etapas del ciclo de vida de los edificios en que vivimos, y este es el punto clave para conseguir el ambicioso objetivo planteado en la unión europea de conseguir una neutralidad de emisiones de carbono para el año 2050, en el conocido Pacto Verde Europeo.
Certificado CEE
Cada país dentro de la Unión Europea cuenta con sus propias medidas a efectos de reducir el impacto ambiental provocado por los edificios, mejorando la eficiencia energética de los mismos. En el caso de España el Real decreto 235/2013 propone el Certificado de Eficiencia Energética (CEE), como un documento resultante del estudio de la envolvente del local o la vivienda y sus instalaciones con el fin de cuantificar y calificar su consumo energético.
Imagen explicativa de la etiqueta CEE. Fuente: 33lsq.com
Dicho documento se impone como una obligación al momento de realizar una operación de compraventa o alquiler de cualquier tipo de inmueble, incluso la construcción. Lo que quiere decir que el propietario es quien está obligado a solicitar este certificado, y luego presentarlo ante el notario público. De esta forma la operación vendrá acompañada de la conocida etiqueta de certificación energética, la cual califica la eficiencia del inmueble en una escala que va desde la ++A hasta la G.
¿Quién puede elaborar un CEE?
El propio Real decreto 235/2013 define que quien realiza el certificado de eficiencia energética debe ser un técnico competente que esté en posesión de una titulación académica y profesional habilitante para la redacción de proyectos de edificaciones o de sus instalaciones de climatización; o que bien pueda acreditar una cualificación profesional suficiente que lo habilite para realizar el estudio energético necesario para expedir el certificado.
Más allá de los requisitos estrictamente legales, un técnico certificador debe poseer las herramientas prácticas, técnicas y legislativas que le permitan elaborar un estudio a profundidad sobre la eficiencia energética de un inmueble. Debe conocer el código técnico, las regulaciones locales y regionales, herramientas tecnológicas como el software CE3X, las nociones constructivas y técnicas sobre la construcción y arquitectura, y estar al día sobre los cambios y novedades del sector.
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