La historia es capaz de mostrarnos el origen de un oficio tan importante como el diseño industrial, y sus ejemplos, su amplias posibilidades.
Ingeniería Civil y Transporte
15-jul-2022
|
Structuralia Blog
La historia es capaz de mostrarnos el origen de un oficio tan importante como el diseño industrial, y sus ejemplos, su amplias posibilidades.
Todos los objetos que nos rodean tienen características que los pueden hacer parecernos más o menos útiles, bellos, feos, orgánicos, rígidos, sobrecargados, abstractos, en fin, sensaciones que nos transmiten independientemente de su función a través de sus características físicas y simbólicas. El diseño industrial, junto con otros campos del diseño y el arte, se encargan de que los objetos que utilizamos o nos rodean, sean capaces de transmitirnos mucho más allá de la funcionalidad y la eficiencia, para que estos objetos ganen un valor agregado e inmaterial.
Si tratamos de rastrear los orígenes del diseño industrial, nos veremos forzados a retrotraernos hasta la propia necesidad de crear objetos o herramientas que han servido al ser humano desde sus inicios. Lo más cercano que podemos encontrar en tiempos antiguos es la figura del artesano, quien se dedicaba a crear objetos de la vida cotidiana que eran únicos, cuyo diseño y técnicas de elaboración eran resguardadas con recelo por el propio artesano, ya que el valor de sus artesanías venía dado por la autenticidad de cada uno de sus piezas.
El siguiente gran hito del diseño industrial, sería sin duda alguna, la revolución industrial. A partir del siglo XVIII el producto final no iba a depender tanto de las habilidades técnicas del artesano, ya que empezaron a existir máquinas que eran capaces de replicar el mismo objeto masivamente. La revolución industrial forzó un cambio de paradigma, que hizo aparecer la figura del diseñador, quien a través del diseño de la pieza era capaz de dotarla de un valor agregado independientemente de sus capacidades manuales.
Ya para comienzos del siglo XX el diseño industrial estaba bastante arraigado en la sociedad, y se empezaba a debatir sobre su verdadero propósito. Naturalmente empiezan a surgir diferentes corrientes de pensamiento, en particular en Alemania a principios de siglo, consecuencia de distintas agitaciones socioculturales, se gestan una serie de conglomerados profesionales de perfil creativo (artistas y artesanos) que reciben el nombre de “Werkbund”. Con el objetivo de usar procesos de mecanización industrial para fabricar una variedad de objetos de uso cotidiano y decorativos.
Y este ecosistema de artistas y artesanos daría pie en 1919 a la creación de la Bauhaus de la mano de Walther Gropius, conocida como el primer centro de formación para diseñadores gráficos e industriales. A pesar de su corta vida, la Bauhaus representaría un punto de inflexión en el diseño industrial, logrando fabricar gran cantidad de objetos, a bajos costes, y con un alto nivel de calidad y diseño.
Hoy en día, el diseño industrial, también conocido como diseño de producto, es el área que se encarga de la creación y desarrollo de todo tipo de productos, abarcando desde la conceptualización de una idea, pasando por el proceso de fabricación de prototipado, y finalmente la producción en masa. La globalización ha forzado hacia la separación de la figura del artesano y el artista, para convertir la profesión en una materia multidisciplinar donde se da una gran importancia al mercado, y a la innovación en la creación y fabricación de todo tipo de productos.
Se trata de establecer un plano de ruta, más o menos definido, que sea lo suficientemente concreto para saber qué queremos diseñar, pero lo suficientemente flexible para admitir modificaciones en el camino. Se busca obtener una visión y una ruta potente que pueda ser fácilmente transmitida a colaboradores o portadores de interés.
Implica tratar de adquirir todo el conocimiento de carácter técnico, normativo, económico, o incluso, histórico que nos ayude a no repetir errores del pasado, y al mismo tiempo facilite el camino hasta el objeto final.
Esta sería la etapa donde se busca llegar a conclusiones a través de los datos y testimonios recogidos durante las primeras etapas. La idea es obtener una foto bastante clara del panorama donde se desenvolverá el producto, las posibilidades que puede llegar a tener, y los posibles riesgos.
Es la parte más creativa del proceso, donde se admiten suposiciones e ideas arriesgadas que ayuden a dar forma al producto final. Es una etapa que se nutre mucho del intercambio de ideas y la crítica constructiva.
En este punto la idea es cerrar y materializar todo lo trabajado en etapas anteriores, logrando construir un prototipo del producto para poder posteriormente testearlo de todas las formas posibles, tratando de analizarlo objetivamente en contraste con los objetivos planteados al inicio del proceso de diseño.
Si el prototipo diseñado es capaz de cumplir con los objetivos y las expectativas generadas durante todo el proceso, finalmente, es el momento de lanzarlo al mercado y fabricarlo de manera masiva, si es el caso, distribuyéndolo o aplicándolo según el tipo de producto que se haya creado.
Es importante aclarar que no existe una receta infalible para el diseño industrial, cada diseñador y cada producto trae a la mesa retos distintos que requieren de soluciones distintas. Así, como saber que muchas veces es necesario volver atrás y replantearse el camino en cualquiera de los pasos, y que esto, lejos de considerarse un fallo, suele dar como resultado los mejores productos.
Heatherwick es uno de los diseñadores más reconocidos de la actualidad gracias a su reciente creación en Nueva York, “The Vessel” el monumento practicable más conocido de este siglo; pero aún así el trabajo del diseñador londinense se pasea entre la arquitectura, la escultura, el mobiliario urbano, puentes enrollables y hasta autobuses.
Uno de los más relevantes diseñadores de toda su generación, es muy conocido por su lampara “Tizio”, la cafetera “9090” para la marca Alessi, y sobre todo, por su colaboración con IBM para el diseño de su línea de ordenadores portátiles “ThinkPad” cambiando el gris monótono de los ordenadores previos, por un elegante color negro y un diseño mucho más minimalista.
Un poco más vinculado con el arte, Munari es uno de los responsables por el reconocimiento del famoso “Diseño italiano”. Dominó la escena del diseño durante los 50 y los 60, gracias a creaciones como el “abitacolo” y la lámpara “Falkland”. Paralelamente también ejerció en el diseño editorial y creó muchos juegos y talleres infantiles.
El francés mundialmente conocido por el exprimidor futurista “Juicy Salif” para Alessi, también es reconocido en el mundo de la arquitectura y en el diseño de teléfonos móviles, habiendo colaborado con “Motorola” y más recientemente con “Xiaomi”.
La pareja Estadounidense de diseñadores es la responsable de las piezas de mobiliario más conocidas y reproducidas en el mundo. Actualmente la empresa Vitra es poseedora del catálogo de mobiliario entre los cuales destacan la famosísima Lounge Chair, las Eames Fiberglass, entre muchas otras piezas que incluyen mantas,escritorios y piezas decorativas.
Conoce los principales tipos de adoquines en las ciudades, de distintos materiales y acabados a elegir. ¡Acierta eligiendo el adecuado para tu proyecto!
La siniestralidad vial es un problema imperante, y la ingeniería civil tiene gran potencial para aplacarlo.
Contáctanos
Avda de la Industria, 4. Edif. 0, Puerta 2, Planta 2
28108 Alcobendas (Madrid)
(+34) 914 904 200
info@structuralia.com
© Structuralia · Todos los derechos reservados · Aviso legal · Política de Privacidad
España México Chile Colombia Perú Centroamérica