Seguimos avanando en esta serie de tres artículos en la que destacaremos las características claves para identificar las principales rocas relacionadas con la ingeniería y la construcción. Ya os hablamos sobre la identificación de Rocas Ígneas en el anterior post, con lo que hoy os mostraremos los detalles de algunas de las Rocas Metamórficas más usuales en obra.
Como ya avanzamos anteriormente, el reconocimiento del terreno se antoja imprescindible a la hora de proyectar y ejecutar una obra de construcción, dado que en función de la presencia de unos minerales u otros variará la capacidad portante y los posibles peligros relacionados con el suelo. Para poder atajar cualquier problema que se presente o simplemente, para proyectar adecuadamente una obra, el primero de los pasos será siempre el reconocimiento del terreno.
En este caso, las rocas metamórficas resultan del proceso de transformación de rocas ya existentes, las cuales han sufrido ajustes estructurales y mineralógicos bajo acciones de caracter físico-químico. Según esto, encontraremos 3 tipos de metamorfismo:
- Metamorfismo dinámico: debido a las altas presiones, no se producen cambios químicos ni recristalización apreciable, pero los minerales se disponen paralelamente dentro de la roca, en sentido perpendicular a la dirección en que actúa la presión, dando lugar a la aparición de planos de pizarrosidad o esquitosidad.
- Metamorfismo térmico o de contacto: debido, principalmente, al aumento de temperatura, que produce la recristalización de la roca con la que se obtiene un grano fino, debido al rápido enfriamiento. Estas rocas son conocidas como corneanas.
- Metamorfismo regional: sufrido por la inmensa mayoría de las rocas metamórficas, ocurre en áreas muy profundas en las que las rocas se encuentran sometidas a las temperaturas, presiones y deformaciones más extremas del planeta Tierra.
Una vez aclaradas las posibles procedencias de nuestras rocas, avanzaremos hacia su reconocimiento. El primer paso será realizar una comparación de la roca de estudio con las imágenes que os presentamos a continuación para, posteriormente, constatar que cumple con alguna de las características que os citaremos y, de este modo, identificar la roca que se nos presente en obra.
Gneis (F19):
Roca equigranular. Grano grueso. Similar al granito (se diferencian porque el gneis presenta bandeado). Color gris (más oscura que el granito). Roca dura y densa.
Minerales: cuarzo, feldespato y micas.
Pizarra (F20):
Acentuada foliación (pizarrosidad). Color oscuro (sana) y colores claros y pardos (meteorizada). Superficie rugosa y astillada (en corte transversal). Baja dureza.
Minerales: Cuarzo, mica, grafito, magnetita, pirita y calcopirita.
Pizarra alterada (F21):
Pizarra alterada por los agentes atmosféricos.
Filita (F22):
La diferencia con la pizarra es que los planos de esquistosidad son tersos y brillantes y, la diferencia con los esquistos son que sus componentes (de los esquistos) son observables a simple vista. Color verde oscuro brillante en presencia de luz, con tacto muy suave.
Minerales: Moscovita, clorita, sericita, talco y cuarzo.
Micacita (F23): (esquisto micáceo)
Se diferencia de la filita en que sus granos son de mayor tamaño y observables a simple vista. Presenta hojosidad (esquistosidad). Foliación en forma de lajas.
Minerales: Cuarzo, mica, clorita y talco.
Cuarcita (F24):
Versicolor. Roca dura (no se raya con el acero, que deja una mancha de lápiz sobre la roca). Aristas cortantes cuando rompe. Superficies lisas en cantos rodados. Los cristales no se aprecian a simple vista.
Minerales: 90% Cuarzo, Feldespato, magnetita, granote y sillimantita.
Serpentina o serpentinita (F25):
Sus colores oscilan entre el verde y el negro verdoso. Procede de la alteración de olivinos y piroxenos. Dureza media.
Minerales: antigorita, crisolito, lizardita.
Mármol (F26):
Procede del metamorfismo de calizas y dolomías. Textura sacaroidea. Versicolor. Roca dura pero ser raya con el acero. Reacciona con el ácido clorhídrico. Holocristalina (granos a simple vista).
Minerales: Carbonatos 95%, calcita y dolomita.
Con esto, esperamos que el reconocimiento de rocas metamórficas no suponga ya ningún desafío para ti.