El hidrógeno gris es el combustible mayormente utilizado por ser el más económico, sin embargo es el más dañino por sus emisiones de de CO₂ a la atmósfera.
De los combustibles alternativos el hidrógeno es fundamentalmente considerado la solución en materia energética, por ser uno de los elementos más abundantes de la tierra, llegando a ser visionado como el camino hacia un modelo sostenible de generación.
Sin embargo, su obtención a partir de otras sustancias que lo contienen como el agua el carbón y el gas natural hacen que aún existan dificultades en su producción y que le cueste al elemento, competir con otros tipos de fuentes energéticas como la nuclear y los combustibles fósiles como el gas, el petróleo y el carbón.
En particular el hidrogeno gris es el mayormente utilizado por ser el menos costoso de producir. Durante su obtención se emite gran contenido de CO₂ a la atmósfera, pues no existe captura de emisiones de los gases en el proceso, lo que lo convierte en dañino y desventajoso.
Este combustible alternativo es producido mediante la técnica del reformado por vapor. De acuerdo con datos aportados por la Agencia Internacional de Energía, la producción de hidrógeno es responsable de la emisión de al menos 830 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que es equipara a las emisiones de CO₂ dos países: Reino Unido e Indonesia.
A continuación te contamos más sobre los tipos de hidrógenos y como sus colores dan cuenta de su significado más o menos nocivo para el medioambiente.
El color del hidrógeno determina la cantidad de emisiones que genera en el proceso y la manera en la que esta se produce. En la balanza de generación se ha considerado al hidrógeno gris o también negro como el más perjudicial y el verde como el más sostenible
La forma ideal de producir el hidrógeno sería obtenerlo directamente del agua, mediante la descomposición de las moléculas de agua (H2O), en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2) proceso conocido como electrolisis. Sin embargo, dado su coste de producción y energía se utilizan técnicas más invasivas.
Pese a su popularidad, el mundo sabe que el hidrógeno gris posee muchas más desventajas que ventajas, y no corresponde a una alternativa deseable si se busca disminuir o controlar los efectos del cambio climático.
El hidrogeno verde, del cual ampliamos sus ventajas en nuestro Máster en Proyectos de Hidrógeno Verde, se obtiene a partir del agua, mediante electricidad que nace de energías renovables. En su proceso de obtención no se emite CO₂, la cual es su gran ventaja por encima de otros y ha sido presentado como la solución a la descarbonización.
Precisamente, por la promesa de un mundo más consciente tras el inicio de la guerra en Ucrania, múltiples empresas americanas y europeas se han replanteado la utilización de hidrógeno verde y han destinado según los informes de la Agencia Internacional de la Energía alrededor de 75 millones de dólares a su obtención.
El color del hidrógeno determina la cantidad de emisiones que genera en el proceso y la manera en la que esta se produce.
Si hablamos por ejemplo del hidrógeno azul, se entiende por aquel elemento que también genera emisiones de CO₂, pero que a diferencia del hidrógeno gris, son más bajas y además se capturan para ser posteriormente almacenadas o reutilizadas para ecocombustibles, entre otros derivados.
Es el que se obtiene mediante electrólisis del agua alimentada por energía nuclear, lo que lo convierte en una producción más sostenible que los anteriores.
El Hidrógeno amarillo proviene de fuentes mixtas, entre energías renovables hasta combustibles fósiles.
Es generado tras hacer pasar el gas natural a través de un metal fundido, lo que provoca la liberación de hidrógeno y carbono sólido, sin provoca emisiones contaminantes de CO₂.
Este hidrógeno puede hallarse en depósitos subterráneos en forma gaseosa.
El hidrógeno brinda infinitas posibilidades como combustible. Pese a esto es necesario profundizar las investigaciones en razón a lograr que los costos dentro del mercado disminuyan, se pueda considerar seguro dentro para el uso doméstico y también pueda establecerse su democratización.
Si la intención es conseguir un mundo libre de carbono, las miras apuntan hacia el hidrógeno verde como energía sostenible. Lo mismo que ir reemplazando el hidrógeno gris que se ha venido utilizando en procesos industriales como la opción más económica pero también la más perjudicial.
Los gases de efecto invernadero, son precisamente emitidos por el hidrogeno gris y evitan que el elemento se posicione como el combustible seguro del futuro.