El Principado ha cambiado el enfoque del gasto en carreteras. Las obras nuevas y la construcción de tramos dejarán de llevarse en los próximos años la principal porción de la inversión pública, que pasa a la conservación de las vías que ya están en servicio. El documento de actuaciones incluido en el Plan de Movilidad que el Gobierno regional ha presentado esta semana consagra esa reordenación de las prioridades y la deja clara en el capítulo inversión. De los 1.490 millones de euros que Asturias prevé destinar a la red viaria de titularidad autonómica desde este año hasta 2030, 849 millones (casi el 57% del total) se dedicarán a reparar firmes, corregir hundimientos, mejorar la señalización y aumentar la seguridad vial en 4.034 de los 4.202 kilómetros ya en servicio.
De la Consejería de Fomento depende la gestión de 470 carreteras en la comunidad autónoma. A juicio de su titular, Belén Fernández, "la red ya está suficientemente mallada y ahora se trata de cuidar lo que hay sin descuidar las dos zonas que aún necesitan obras nuevas para mejorar su nivel de cobertura: el Oriente y el Suroccidente". La consejera ha comparecido este miércoles, tras la reunión semanal del Ejecutivo, para añadir algunos pormenores a la primera exposición del plan que hizo el pasado lunes en una jornada técnica. Ha señalado que los 641 millones que quedan libres para nuevas actuaciones irán destinados, sin duda, a esas dos comarcas. Su departamento considera prioritarias las mejoras en dos carreteras que conectan la costa con el interior de Asturias. En el Occidente, está subrayada en rojo la mejora del eje del corredor del río Navia entre Grandas de Salime y Boal. En el Oriente, el esfuerzo se concentrará en la carretera entre Llanes y el alto de La Robellada.
Proyectos prioritarios
Otras prioridades señaladas en el plan son la mejora de la carretera entre Soto del Barco y Navia, una de las más peligrosas de la región y la adecuación del tramo superior de la AS-17 entre la capital del concejo de Caso y el puerto de Tarna. En el área central, están previstos los acceso a la nueva zona logísitica de El Musel (Zalia); la variante de Posada de Llanera; el desdoblamiento del corredor del Nalón desde Sama, en Langreo, donde ahora se acaba la autovía, hasta Sotrondio, en San Martín del Rey Aurelio; convertir en autovía la AS-17 en el concejo de Siero entre Bobes y San Martín de la Barreda y añadir en esa segunda localidad un enlace con la A-64; y mejorar la glorieta de acceso a Oviedo por la AS-II.
El desarrollo de esos proyectos, sin embargo, será lento. Fernández ha reconocido que Fomento contempla una programación de inversiones lentas al principio y aceleradas a medida que se complete el plan a finales de la próxima década con la esperanza de que la recuperación económica permita afrontarlos en una situación más desahogada. Este año, por ejemplo, solo hay presupuestados 37,2 millones euros cuando la media de inversión por ejercicio para alcanzar los 1.490 millones globales en 2030 debe superar los 90 millones. El Principado confía en recuperar ese retraso más adelante.
La patronal de la construcción ya ha expuesto su opinión de, precisamente por esa remisión del grueso del gasto a un futuro indefinido, el plan tiene poco valor y no da respuesta a las necesidades del sector para recuperar la actividad. Para este año, se licitarán en los próximos meses la mejora de la AS-313 entre Trubia y Grado, un paquete de inversiones en el Occidente y mejoras en el pavimento de varias vías.