La red de carreteras de un territorio es uno de los pilares básicos de un país debido a que facilita el transporte de personas y mercancías por toda la región. Asimismo, poseer un extenso tejido de autopistas está íntimamente relacionado con su desarrollo y crecimiento económico.
En la actualidad, los países desarrollados, en los que no hay tanta necesidad de construcción de infraestructuras nuevas, deben poner una mayor atención en la conservación de carreteras ya construidas para garantizar su correcto funcionamiento y la seguridad de los usuarios.
En este sentido, las administraciones de los países se han dado cuenta de que deben encontrar un equilibrio entre las inversiones en obras nuevas y las de mantenimiento de las infraestructuras. Por ello, en los últimos años se ha visto un notable incremento en los proyectos de conservación de carreteras en la mayor parte de los países de américa Latina.
Tras tratar en anteriores artículos los tipos de firmes y sus deterioros, en esta ocasión vamos a centrarnos en los principales impactos ambientales generados en los trabajos de conservación de carreteras y las medidas que se deben tomar para reducirlos:
Consumo de recursos naturales
Cualquier trabajo lleva asociado un determinado gasto de recursos naturales en mayor o menor medida. En el caso de las labores de mantenimiento de carreteras no se hace un uso excesivo de agua y energía, los dos principales bienes naturales utilizados; sin embargo es necesario tomar las medidas oportunas para reducir su consumo.
Algunas de las acciones que se pueden tomar para disminuir su gasto son el uso de aguas de menor calidad para la limpieza de la maquinaria, planificar un recorrido eficiente que minimice los kilómetros recorridos en la vigilancia de los tramos de una carretera o utilizar equipos de bajo consumo.
Generación de residuos
Está considerado el impacto ambiental más importante en el mantenimiento de carreteras debido a que se producen residuos prácticamente en todos los trabajos que se realizan, ya sean originados por las propias labores de conservación (embalajes, cambios de aceites, etc) o generados por el tráfico ( limpieza márgenes de carretera).
Por ello, es imprescindible que en el centro de conservación haya un parque de residuos con zonas específicas que separen los diferentes tipos de residuos para su posterior reciclado.
Contaminación por vertidos
El vertido de productos químicos como aceites, gasóleos o metales pesados al suelo, que posteriormente se filtran al subsuelo y contaminan las aguas subterráneas, es uno de los impactos más graves que pueden darse en el mantenimiento de carreteras.
Para prevenir los vertidos se deberá tomar precauciones como evitar el uso de herbicidas en días de viento o lluvia, eludir el repostaje de los vehículos sobre suelo natural o realizar un buen mantenimiento de los equipos para evitar fugas.
Alteración de ecosistemas naturales
Aunque las acciones que se llevan a cabo en el mantenimiento de carreteras no generan un importante deterioro de los ecosistemas naturales de la zona, siempre es conveniente tomar medidas preventivas.
Este tipo de impacto ambiental se produce casi exclusivamente por el vertido de productos, como por ejemplo la propagación accidental de herbicidas sobre zonas vegetales o cultivos próximos a las carreteras.
Contaminación acústica
Por último, durante los trabajos de conservación de carreteras se generan ruidos debido a la maquinaria o al transporte rodado. Su importancia dependerá de su intensidad y, sobre todo, de la zona en la que se realizan las labores, ya que no afectará lo mismo si se trabaja en una demarcación cercana a una población que si se realiza en mitad del campo.
En definitiva, a la hora de realizar un proyecto de conservación de carreteras es necesario tener en cuenta los impactos ambientales que se van a producir para reducirlos todo lo posible. En el Máster en Ingeniería de la Conservación y Explotación de Carreteras encontrarás toda la información necesaria sobre lo que conlleva el mantenimiento y explotación de carreteras.
