Además, la introducción de cunetas en una carretera elude la sedimentación de elementos procedentes de los terrenos en desmonte sobre la superficie de la vía, los cuales pueden resultar bastante peligrosos para la circulación sobre esta. De esta forma, la existencia de un drenaje longitudinal adecuado posibilita una circulación confortable y en buenas condiciones de seguridad por parte de los usuarios de la vía.
Asimismo, el drenaje longitudinal es un elemento fundamental de cara a garantizar que el periodo de vida útil del pavimento no se vea resentido, principalmente por dos motivos:
- Por una parte, la disposición de una correcta red de drenaje disminuye la infiltración del agua de lluvia en los poros de la mezcla bituminosa, hecho muy importante para el correcto mantenimiento de la infraestructura, ya que ese agua al producirse un descenso en la temperatura (durante las horas más frías del día: tarde, noche y madrugada) se congela y aumenta su volumen, generando grandes daños en las capas externas del pavimento. Recordemos que la capa de rodadura (superficial) está especialmente diseñada para proporcionar unas condiciones óptimas de adherencia a los vehículos que circulen sobre ella. Si esta capa se ve dañada, la seguridad de circulación disminuye considerablemente.
- Por otra parte, la red de drenaje, como se ha mencionado anteriormente, impide la sedimentación de elementos procedentes de los terrenos en desmonte arrastrados por el agua de lluvia o simplemente por la acción de la gravedad. Esto evita un deterioro prematuro de las condiciones de la superficie del pavimento, generado por la acción erosiva sobre este. De esta forma, el drenaje longitudinal es esencial en la obras de carreteras, no sólo desde el punto de vista de persistencia de la infraestructura en buenas condiciones, sino también para mantener unas condiciones de seguridad y confortabilidad adecuadas a la circulación de tráfico rodado sobre esta.