Perteneciente a la Autopista Durango-Mazatlán, en México, se encarga de cruzar la Sierra Madre Occidental sobrevolando el río al que debe su nombre, nada menos que a 402,57 metros de altura.
Hablar del Baluarte Bicentenario es hacerlo sobre el puente más alto del mundo hasta el pasado año. Sus dos planos atirantados suman un total de 152 tirantes de acero reforzado, que sustentan, desde su inauguración en el año 2012, esta imponente estructura.
Fueron necesarios una inversión de más de 2.035 millones de pesos (cerca de 100 millones de euros), cuatro años de obras y 1.500 trabajadores para hacer realidad esta megaestructura.
Las dos pilas centrales, en forma de “Y”, tienen una cimentación rectangular cuya área es de 162 metros cuadrados. En su parte más ancha, estas pilas superan los 32 metros de longitud, los cuales acogen el tablero de una carretera de cuatro carriles.
En cuanto al procedimiento constructivo, esta obra de ingeniería se materializó por voladizos sucesivos, avanzando desde las torres en la colocación de dovelas de 130 toneladas. Así, se consigue salvar una luz en su vano principal de 520 metros, que suponen casi la mitad de la longitud total del puente (1.124 metros).
Estas dos imponentes pilas centrales de más de 150 metros de altura, fueron hormigonadas “in situ” con un encofrado autotrepante diseñado en exclusiva para esta estructura, así como para las 10 pilas restantes que soportan la estructura.
Para hacernos una idea de lo abrupto y único que resulta el terreno sobre el que está construido, conviene recordar que las primeras exploraciones topográficas de la zona debieron realizarse a caballo, dada la imposibilidad de acceder con vehículos motorizados.
En total, para la construcción del puente Baluarte Bicentenario, fueron necesarios 90.000 m3 de hormigón, 12.000 toneladas de acero y la excavación de 447.000 m3 de roca.
Por último, destacar que este puente recibió en 2012 el Récord Guinness al atirantado más alto del mundo.
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