El uso de vidrios inteligentes, aunque ya extendido en la industria automotriz, aeronáutica y en arquitectura, continúa ganando terreno y comienza a utilizarse en la industria ferroviaria buscando llevar sus ventajas a los usuarios de trenes. Maximizan el aprovechamiento de la luz natural y las visuales, permiten regular el grado de transparencia y translucidez ofreciendo control de oscurecimiento, reducen la ganancia de calor y los reflejos, y aumentan el confort.
¿Qué es exactamente el "Smart Glass" o vidrio inteligente? Un tipo de vidrio cuya capacidad para ser atravesado por la luz varía dependiendo de la aplicación de calor, luz o una corriente eléctrica. Algunas de las tecnologías más utilizadas son los cristales electrocromáticos, fotocromáticos, termocromáticos, y los de partículas en suspensión. Su uso permite gestionar de manera inteligente la visibilidad y ganancia térmica, aprovechando o reduciendo la incidencia de luz según el caso.
La empresa japonesa Asahi Glass Company ha presentado un nuevo tipo de vidrio inteligente adaptado al transporte ferroviario. Se trata de un doble acristalamiento. La cara exterior es de cristal modificado por nanopartículas que lo hacen un 30% más liviano y súper resistente. La cara interior, de cristal inteligente de partículas en suspensión, controla la transparencia y regula la iluminación y aislación térmica. Estas características aumentan el confort, la seguridad, y revisten enormes ventajas económicas, medioambientales y energéticas, disminuyendo el consumo y reduciendo las necesidades de acondicionamiento de aire.
En arquitectura, una de las últimas instalaciones en que se está utilizando el vidrio inteligente es el pabellón de Estados Unidos para la Expo de Milán 2015. Una cubierta compuesta por 312 paneles cubrirá una superficie de 940 m². La estructura no solo está planteada para cambiar de transparente a translúcida dependiendo de la incidencia solar, sino que servirá de pantalla gigante para proyectar mensajes, imágenes y texturas.