Los recientes acontecimientos a nivel mundial, parecen estar cambiando la concepción de los espacios de trabajo, de un lugar colectivo y congregado hacia nuestros propios espacios personales y disgregados, y las metodologías de trabajo en equipo y liderazgo se están viendo forzadas a adaptarse a esta nueva realidad. Puede llegar a ser contraproducente seguir actuando de la misma forma con un escenario tan distinto.
Nos encontramos con cifras inesperadas en todo el mundo, donde hasta el momento, según encuesta realizada por la empresa de softwares Capterra, el 59% de las PYMES a nivel mundial han ya adoptado el teletrabajo, y el 55% de los empleados aseguran que sus empresas podrían seguir funcionando de esta manera sin notar ninguna desmejora.
Son cifras, que aunque parezcan circunstanciales, nos indican que esta será la realidad del sector económico, al menos por unos años.
Otro aspecto que reflejan estas cifras, son los claros beneficios que trae el trabajo remoto, como la disminución en los costes de un espacio de trabajo, y comodidades para los trabajadores. Pero por otro lado, la falta de cercanía y contacto personal facilita la pérdida del sentido de pertenencia con los proyectos de la empresa, y obstaculiza la motivación a realizar un buen trabajo.
Esto hace que sea mucho más difícil mantener motivados a los equipos de trabajo bajo los criterios de la forma convencional de trabajo. Un liderazgo efectivo, tiene que adaptarse a las nuevas condiciones para buscar obtener todo el potencial de su equipo de trabajo. Por ese motivo, hemos resumido en tres puntos claves, el enfoque que debe tener un liderazgo dirigido al trabajo remoto.
La Tecnología
Facilitar la mejor tecnología disponible al equipo de trabajo no solo mejorará la fluidez de las comunicaciones, sino que asegurará mejores condiciones de trabajo para los trabajadores. Por el contrario, no atender las necesidades tecnológicas obstaculiza el buen desenvolvimiento del trabajador en su tareas, reflejándose en una mala perspectiva hacia la gestión.
Por estas razones, es indispensable dotar a cada trabajador con todo aquello le facilite su trabajo y la comunicación con el resto del equipo. Un ordenador portátil, una cámara web, un smartphone y un VPN seguro, aseguran las condiciones mínimas para llevar adelante proyectos en equipo de manera remota.
Confianza
Si el equipo necesita de un control presencial y continuo, esto solo quiere decir que hay un problema de confianza que va más allá de si se teletrabaja o no. Un líder debe confiar en su equipo, y su equipo en él, no hay duda al respecto, y esto no debe cambiar así no sea posible estar de manera presencial en una oficina.
En los casos en los que la distancia pone en dificultad la construcción de una confianza bilateral con el equipo, es recomendado actuar con total transparencia e incentivar una comunicación constructiva, con una regularidad que haga sentir a los trabajadores acompañados, pero no vigilados.
Empatía
Como líder es muy importante conocer al equipo, entre más profundo sea el vínculo con los miembros del equipo, mejor será la capacidad de leer las necesidades o descontentos de los mismos.
Para esto serán vitales las videollamadas, ya que gran parte de la carga expresiva de la comunicación se pierde cuando el medio se limita a la parte escrita.
Esto facilitará la toma de decisiones y mejorará la distribución de las tareas, ya que por mucho que un miembro del equipo cumpla con una tarea de manera eficiente, este mismo puede estar en descontento, y finalmente, esto puede terminar por ir mellando la relación con el equipo.
Trabajo en equipo y liderazgo: conclusiones
En definitiva, el trabajo a distancia representa cambios importantes en la forma de trabajar y de gestionar los equipos. Para bien o para mal, son cambios que no pueden ser ignorados y que ponen en dificultad a la forma de gestión tradicional. Por ello, tener en cuenta estos tres puntos críticos hará más fácil afrontar la ardua tarea del trabajo en equipo y liderazgo, sin perder la motivación, la confianza y la eficiencia.
