A veces se nos olvida un aspecto tan básico y esencial como lo es la buena ventilación de la vivienda, en la que realizamos la mayor parte de nuestra actividad diaria. La mayoría nos movemos en automóviles o transporte público, trabajamos en oficinas o estudios en su mayoría cerrados, y luego a la hora de disfrutar de nuestro hogares, nos olvidamos de lo esencial que es tener una buena ventilación.
Ya que este es el espacio del cual se puede tener más control, es de vital importancia la correcta ventilación en las viviendas ya que influye directamente en el bienestar de las personas que las habitan. Por este motivo, tener en cuenta buenos criterios de ventilación, mecánica y natural, a la hora de diseñar y construir una vivienda es algo que arquitectos y profesionales de la construcción no deben menospreciar.
Consecuencias de una mala ventilación
Uno de los aspectos más importantes es evitar la estanqueidad del aire dentro de la vivienda, ya que el criterio esencial para generar confort, es mantener la circulación de aire fresco y limpio. Una vivienda mal ventilada puede causar problemas de temperatura, humedades, corrientes desproporcionadas de aire, e incluso sobrecalentamiento y, por tanto, pérdidas en la eficiencia del uso de la energía dentro de la vivienda. En promedio, un tercio de la energía consumida en las viviendas proviene de los sistemas de climatización, y al mismo tiempo son los que más se ven beneficiados por una buena ventilación.
Por otra parte, el estancamiento del aire en espacios cerrados puede ser dañino para la salud. El aire que respiramos en el interior de los edificios concentra gases que pueden ser tóxicos, como monóxido de carbono (CO) que producimos al respirar, el radón, el ozono y compuestos orgánicos volátiles que pueden provenir de los químicos utilizados en los acabados del mobiliario. Lo cual ha demostrado que puede causar estrés y distintas afecciones respiratorias con el tiempo.
Ventilación de vivienda: Métodos de ventilación
Para evitar ambos tipos de consecuencias, toda vivienda debe ser diseñada según los métodos que permitirán ventilar los espacios. Podemos dividir estos métodos en tres tipos: Natural, Mecánico e Híbrido.
Ventilación natural
Esta se puede aprovechar a través de los flujos de aire generados naturalmente por los cambios de presión y temperatura; cuando se abren dos ventanas contrapuestas este flujo se convierte en corriente y es la forma más eficiente de ventilar un espacio de forma natural. Bajo este principio, y según la ubicación de las aberturas por las que pasa el aire, se hace uso de la corriente para distintos fines así como para controlar su intensidad, como cuando se usan rejillas en lo alto para extracción, en lo bajo para inducción, o dos ventanas al mismo nivel para refrescar los ambientes en verano.
Ventilación mecánica
Nos referimos a los sistemas mecánicos (ventiladores) que permiten introducir o expulsar aire de la vivienda, según sea la necesidad, sin depender de los flujos naturales del aire. Las variedades, funcionalidades y complejidades disponibles en el mercado son bastante amplias, por lo que se adaptan fácilmente a cualquier necesidad .
Podemos dividir la ventilación mecánica en dos tipos principales; a flujo simple (donde la extracción del aire es mecánica y la entrada es natural) y a doble flujo (en los que la extracción del aire y la entrada son mecánicas). Estos son los tipos de ventilación recomendados por casi todas las normativas a nivel mundial, y en algunos casos como en españa es requerida por ley, ya que la ventilación natural es considerada insuficiente por el Código Técnico de la Edificación HS 3 sobre “Calidad del aire interior”. Pero existe la posibilidad de un punto intermedio; los sistemas híbridos.
Ventilación híbrida
Estos sistemas pueden funcionar de manera natural si las condiciones meteorológicas lo permiten, y ventilar con sistema mecánico cuando verdaderamente sea necesario, es por eso que requieren de un diseño muy calibrado para explotar al máximo la ventilación natural, y por lo tanto usar de la manera más eficiente el sistema mecánico. El principal aspecto negativo de este tipo de ventilación es su coste, por lo que, para justificar su uso y poder obtener una recuperación de la inversión en ahorro energético, es necesario llevar a cabo un detallado estudio meteorológico del lugar donde se pretende aplicar.
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