Se encuentra en el Mar Amarillo, Corea del Sur. Gracias a sus 33,9 kilómetros de longitud se ha convertido en el más largo de todo el planeta.
La razón principal que motivó su construcción fue añadir 400 kilómetros cuadrados más de superficie a la península coreana, pudiendo utilizar este espacio como una ciudad multiusos: agrícola, turístico, industrial, residencial, etc.
El proyecto consiste en encerrar el estuario de desembocadura de los ríos Dongjin y Mangyeong, utilizando las islas existentes para crear un conjunto de presas. Ha demostrado el alto nivel de ingeniería de Corea del Sur ya que está construido en aguas profundas y con grandes corrientes, llegando en algunos puntos a trabajar a profundidades de 54 metros bajo el nivel del mar.
En la década de los 70 hubo un primer planteamiento de la idea para asegurar la producción de arroz, que debido a las sequias podía peligrar. Sin embargo no fue hasta el año 1991 cuando se iniciaron las obras. Casi dos décadas fueron necesarias para la construcción del megaproyecto, cuyas obras terminaron en 2010. El dique no fue incluido en el Libro Guiness de los Récords hasta el año siguiente, 2011.
En la construcción trabajaron 2,3 millones de operarios cada año, se emplearon 123 millones de metros cúbicos de tierra, y se invirtieron alrededor de 20.000 millones de dólares. Se ejecutaron terraplenes de 36 metros de altura y unos 300m de anchura media, alcanzando en algunos casos los 535m.
Durante todo el proceso constructivo se han utilizados métodos de bajo impacto ambiental. Además el dique no aísla completamente el estuario del mar, para lo que cuenta con un sistema de compuertas de 30 metros de ancho y 15 metros de alto que permiten la circulación de un caudal de hasta 16.000 m3/s.