Un muro de tierra armada es una estructura de contención lineal compuesta por materiales térreos a la que se aplican armaduras, generalmente bandas o barras metálicas dispuestas según planos horizontales para mejorar sus propiedades mecánicas.
Un muro de tierra armada es una estructura de contención lineal compuesta por materiales térreos a la que se aplican armaduras, generalmente bandas o barras metálicas dispuestas según planos horizontales para mejorar sus propiedades mecánicas.
Se emplea como una solución económica y versátil para el refuerzo de un macizo en plataformas horizontales, laderas, soporte de plataformas viales con poco espacio para construcción de terraplenes o estribos de puentes y taludes artificiales, ya que incrementa su estabilidad.
En este post describiremos ventajas de este sistema tales como los elementos funcionales que lo componen, sus características y la función que desempeñan.
La estructura básica de un muro de tierra armada se compone de un relleno granular, cohesionado mediante refuerzos horizontales, un paramento vertical en su cara vista que sirve de contención y un sistema de drenaje.
El volumen de material granular aporta la resistencia a compresión al actuar como un muro de gravedad; el peso del material ejerce una resistencia ante las cargas externas de compresión generando una respuesta de fricción.
Es básico realizar una buena gradación y selección del material, evitando la presencia de finos arcillosos o limosos que puedan afectar la permeabilidad y fluencia del macizo. También es importante reseñar la importancia del ángulo interno de rozamiento del relleno directamente relacionado con la resistencia a cohesión y la tracción, siendo recomendable al menos 22º en suelos saturados y 25º entre tierra y armadura en las mismas condiciones.
El uso de refuerzos horizontes aporta resistencia a cortante y tracción al macizo, mejorando su cohesión y estabilidad, a pesar de una buena compactación. La separación de las láminas dependerá del estudio de estabilidad y suele variar entre los 20-30 cm.
El sistema más utilizado son tiras metálicas, galvanizadas para evitar la corrosión, pero la problemática de la degradación y el aumento del coste de mantenimiento, hace conveniente en muchos casos buscar soluciones como láminas geotextiles o geomallas, compuestas por polímeros derivados del petróleo o geocompuestos formados por dos o más materiales.
Es la parte vista de la estructura. Se compone por placas prefabricadas de hormigón u hormigón proyectado, escamas de hormigón, a las que van anclados los refuerzos horizontales.
Se trata de un elemento lineal que impide la caída de la tierra, y limita la deformabilidad longitudinal del macizo. Se puede reforzar con una malla de acero cuando la carga sea muy elevada.
A la hora de dimensionar la estructura, deberá tenerse en cuenta que los paramentos muy elevados pueden llegar a producir asientos no admisibles, siendo recomendable aplicarle separaciones verticales dotadas de cubrejuntas. Además, deberá establecerse una profundidad de cimentación suficiente para evitar el hundimiento del terreno y posible sifonamientos por flujos.
La lluvia o deshielo pueden producir flujos de agua a través del relleno de la estructura, disminuyendo su cohesión y llegando a provocar su desmoronamiento, razón por lo que se hace necesario un buen sistema de drenaje.
Al empezar los trabajos, se deberá colocar un tubo de drenaje en la parte posterior que se recubrirá con gravas de gran diámetro. Posteriormente, durante la aportación del material térreo se crearán canales que derivan el agua mediante tongadas intermedias con pendiente hacia la parte posterior del macizo para dirigir el agua hacia el filtro, o si fuese necesario por la tipología de la estructura, mediante el uso de capas de material drenante.
Muro de Tierra Armada®. Fuente: http://www.tierra-armada.cl/sistema.html
Una de las mayores ventajas de los muros de tierra armada es lo económico que resulta su construcción y la facilidad de adaptación al terreno debido al uso de materiales térreos. No requiere manipular maquinaria pesada y, por tanto, tampoco un gran espacio de trabajo, ni el coste del transporte asociado a grandes volúmenes de material externo, si se dispone en las inmediaciones.
Otra de las ventajas asociadas a este material, es la facilidad de construcción, reparación y demolición. Además, admite asientos al no ser un estructura rígida y permite una buena integración paisajística, con la revegetación de su superficie.
Igualmente, y a pesar de ser una estructura sencilla, es necesario realizar un estudio previo: estratigrafía, nivel freático, presencia de elementos nocivos y propiedades geométricas y resistentes del terreno.