Las escaleras helicoidales y de caracol son una alternativa estética para resolver la circulación vertical de un edificio.
Las escaleras son una parte fundamental de la arquitectura, son elementos que pueden llegar a ser puramente funcionales, pero por otro lado, tienen la capacidad de dar vida a un espacio. Incluso, las escaleras han llegado a adquirir un significado de riqueza y grandilocuencia, como aquella propuesta de Miguel Ángel para el encargo que le había hecho el papa Médicis Clemente VII, en la Biblioteca Laurenciana; el mismo Andrea Palladio llego a hacer numerosas representaciones en sus tratados sobre escaleras helicoidales y de caracol.
Las escaleras helicoidales y las de caracol, comenzaron existiendo como la principal forma de circulación vertical en los antiguos torreones medievales, pero hoy en día se han convertido en una solución muy eficiente y estéticamente atractiva. Podemos encontrarlas de distintos tamaños, formas, materiales, y con usos muy diferentes.
Escalera helicoidal. Fuente: Plataforma Arquitectura
Diferencia entre una escalera helicoidal y una escalera de caracol
Se puede considerar que el concepto que se esconde tras ambos tipos de escaleras es muy parecido: subir o bajar con un trayecto en espiral que permita desarrollarse en el espacio más estrecho posible. La principal diferencia viene en la forma geométrica que define el recorrido de ambas escaleras, la escalera de caracol se desarrolla con forma de espiral alrededor de un eje, mientras que una escalera helicoidal se desarrolla alrededor de una circunferencia.
Esto quiere decir que el desarrollo de una escalera helicoidal es mucho más cómodo para el usuario, pero en contraparte, requiere de mucho más espacio, por ese motivo se suele usar para lugares más representativos. Por otro lado, la escalera de caracol, a pesar de ser un poco más estrecha e incómoda, resulta muy eficiente para espacios reducidos, y se utiliza sobre todo en viviendas.
Escalera de caracol en exterior. Edmundo Sáez
Diseño y cálculo de escaleras helicoidales y de caracol
En el ámbito de la arquitectura es fundamental conocer la forma en que se diseñan y calculan las escaleras, pero en el caso de las escaleras helicoidales o de caracol la tarea es un poco más compleja. Para esto, debemos tomar en cuenta varias incógnitas: ¿Cuál es la distancia entre los niveles?, ¿Cuál es el ángulo de rotación?, ¿Cuál es el diámetro con el que podemos contar?
Lo primero es tener claro en qué punto comienza la escalera y en qué punto termina para poder saber los grados de giro que tenemos que cubrir, luego conociendo la altura podemos saber la distancia entre los peldaños, siempre respetando las dimensiones estipuladas por la normativa de nuestro país. Finalmente el ancho y la forma de cada peldaño nos dará una división equidistante del número de peldaños entre el perímetro de desarrollo. Para conocer el perímetro aplicaremos la siguiente fórmula:
Perímetro (longitud de la escalera helicoidal) = (π (Pi) x radio x ángulo de rotación) / 180)
Un aspecto muy importante a considerar en este tipo de escaleras, es que debido a su forma, los peldaños adquieren una forma trapezoidal siendo más amplios en su parte externa y muy estrechos mientras se acercan al centro. Por ello, la regla de oro es saber que existe una línea “útil“ ubicada a 2/3 del ancho del peldaño, que representa la zona donde el usuario camina.
Escalera helicoidal. Fuente: Plataforma Arquitectura
En conclusión, son escaleras con un aspecto que puede llegar a ser muy atractivo para espacios poco comunes, y al mismo tiempo una solución muy eficiente para superficies reducidas. Pero en contraparte, debemos estar muy atentos y conocer los detalles técnicos de su construcción, de su diseño y de su cálculo, para que las mismas no pierdan su funcionalidad, y hasta en algunos casos pueden llegar a ser inseguras.